LIBRO DE VISITAS

sábado, 20 de agosto de 2011

QUE DIOS NOS PILLE CONFESADOS

Pues eso, que, aunque ateo, seguro que me gano una parcelita allá arriba, porque, ¡madre mía, qué cruz, señores, qué cruz! Veréis: estos días hemos tenido a un gran grupo de gente que parece ser que van a lo de las JMJ esas (eran neocatecumenales, que, también, joder con el palabro. Por cierto, el que sepa explicarme mejor que es el Neocatecumalismo ese, le regalo lo que quiera). Son 150 personas (la gran mayoría chavales) repartidos en casi 80 habitaciones (y el hotel tiene 108), pero es que me pasó con ellos lo mismo que hace unos añitos con los de la Universidad de Madrid (nunca recuerdo si fue la Complutense o la Autónoma, que siempre las confundo). Creo que ya lo conté por aquí (podéis verlo aqui). Pues lo mismito me pasó:



Estos chavales armaron mucho barullo: gritos, carreras. La primera vez que subí, que se oyeron gritos (en una habitación), ya se fueron todos. A la segundo ya les pillé y les dije que todos a sus habitaciones (también les dije que hubo clientes que llamaron quejándose, que era mentira, hasta que realmente llamó un cliente, que llamaron a su teléfono varias veces. Al de su habitación y al de sus hijos). El hombre estaba bastante cabreado y me preguntó si sabía quién le llamaba. Le dije que nosotros no podíamos saber qué habitación llama a otra, pero el hombre acabó diciendo que si le volvían a llamar “saldría al pasillo e iba a armar una que te cagas” (palabras textuales). Yo le pedí disculpas por las molestias de los chavales y lo que hice fue llamar al responsable (que, curiosamente, estaba en la habitación de al lado). Eran las 2 de la madrugada y le pedí mil disculpas por las horas, pero le comenté todo. El hombre estaba como yo, que no podía hacer nada, y yo le respondí que simplemente era para que lo supiera, que yo ya sabía que no podría hacer nada, pero que aquello era lo máximo que podía hacer.

A la noche siguiente (que estuvieron dos noches) ya fue más relajada. Parece ser que les dieron una buena reprimenda por el día. Eso o que a los que pude pillar por banda "amenazándoles" (bueno, creo que no hace falta poner las comillas) de que no me hicieran lo mismo que la noche anterior, que si llamaba un sólo cliente quejándose, si irían todos (TO-DOS, adultos incluidos) a la calle tan cuál estuviesen.

1 comentario:

  1. Huy, huy, se te ha metido una secta en el hotel. Los neocatecumenales, alias "los kikos", nacieron en los años 60. El fundador Kiko Argüello, un niño bien que no encontraba su sitio en la sociedad, vio la luz, eso dijo, y desde entonces anda deslumbrado. Empezó en plan hippie guay en barrios chabolistas de Madrid y poco a poco reunió adeptos hasta que Juan Pablo II consiguió girarlos hacia la derecha y ahora son una panda de reaccionarios ultracatólicos. Más peligrosos que los legionarios de Cristo del cura pederasta Maciel o los opusianos, ya que, al menos a estos los dirigían curas-curas. En fin, la chavalería a lo suyo, sin padres dando problemas al recepcionista y clientes con ganas de dormir.

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