LIBRO DE VISITAS

miércoles, 16 de noviembre de 2011

CORTOCIRCUITO CAÓTICO

Ya estamos en noviembre, y, como siempre, hemos tenido reunión del departamento para fijar vacaciones y turnos de navidad (y sí, este año me toca currar en Nochevieja. Y sí, me toca comerme las uvas en el hotel. Y el marrón también, pero eso es todas las noches).

Y aprovecho para comentar los que ha pasado estas dos últimas noches que he estado. La primera se levantó bastante viento (la verdad es que la zona donde está el hotel es de vientos algo fuertes), y, como siempre pasa, la puerta principal giratoria se averió (vamos, que hacia tanto viento que aquello parecía un molinillo). De acuerdo, me he pasado, pero la puerta se estropeó por ello (iba a poner "jodió", pero a ver si me van a censurar!!! XD

Se tapió la puerta (se pusieron unas tablas) por la tarde, y la única manera de entrar al hotel es por la puerta de personal (o de servicio). Eso los clientes ya lo sabían. Tan sólo tenían que llamar al timbre y ya.

Pero ahí no quedó la cosa, ya que la línea de teléfono se cayó también (sólo se podían hacer o recibir llamadas de fuera). Bueno, aun así, al día siguiente iban a acudir los técnicos a mirarlo todo. Cuál fue mi sorpresa al llegar la segunda noche que todo seguía igual... La puerta con los maderos, el teléfono son línea... y el timbre de la puerta sin funcionar. Sí. Todos los timbres de acceso al hotel (incluído el del garaje) no funcionaban. ¿Y cómo pude entrar? Dejamos la puerta de servicio abierta.

Pero es que la cosa fue a peor ya que el fax también dejó de funcionar. Bueno, más bien se volvió loco, ya que cada vez que llegaba un fax saltaba a la centralita de teléfono. Toda la noche saltando el teléfono cada dos por tres. Gracias a Dios que se podían hacer ya llamadas internas... a las habitaciones, porque lo que es llamar a los despachos como que no.

Y al día siguiente tenía la reunión. Y cuál fue mi sorpresa (mayor) al llegar a la tarde que la puerta principal... ¡FUNCIONABA!

En fin, lo malo de que se averíen las cosas por la noche es la pregunta: ¿Y a quién llamo yo ahora? Sí, podría llamar a alguien de mantenimiento, pero es que tenemos seguro de la puerta y llamamos. Pero es que NO tienen servicio 24 horas; todo lo contrario a los ascensores, que sí lo tienen (lo cuál nos salva la vida muchas veces).

Bueno, vamos a ver qué tal transcurre este otoño-invierno con los vientos que soplan por estos lares, y, sobre todo, a ver qué tal se me da esta Nochevieja (ya os contaré). Pero ahora no voy a pensar en eso, porque... ¡¡¡dentro de semana y media me cojo vacaciones!!! Sí, me queda una semana de este año. Y no, no os voy a contar qué tal me lo pasé, porque no quiero que me asesinéis por pura envidia :D

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